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Argentina goleó sin el nivel de otros partidos en esta Copa

Tardó Messi veinte minutos en aterrizar en el partido, pero cuando lo hizo cambió todo. La mejor delantera de la historia del fútbol argentino solamente había metido cuatro goles hasta la semifinal. E incluso con un fútbol bastante peor que ante Colombia o Paraguay en la primera fase, la otra noche hizo seis. El fútbol es indescifrable y no deja de demostrarlo. No jugó bien Argentina hasta que los paraguayos se vinieron abajo con el cuarto gol de la albiceleste. Hasta entonces había concedido demasiado en defensa por arriba, tenía a Di María con menos movilidad de lo habitual y generaba muchas dudas ante la presión paraguaya. A Messi le costó entrar, pero cuando lo hizo se acabó todo.

Bastó que recibiera con algo de espacio para armar un pase que incluso Pastore mejoró con el control. Luego desparramó paraguayos una y otra vez, hasta el caño a Valdez que terminó con el segundo gol de la noche de Di María. Messi había vivido la tanda de penaltis con una tensión límite que demuestra la necesidad de la selección albiceleste de ganar este torneo. Desde 1993 no lo hace una absoluta argentina y hasta que Messi no levante un trofeo no terminará de entrar en el corazón de los argentinos como ya están Maradona, o Passarella, Simeone o Batistuta.

Entre los dos últimos armaron el gol del título en aquella Copa América de Ecuador de 1993. Desde entonces nada. Ocho ediciones más tarde llega Messi al rescate.