No negocian, marcan territorio

El United le pide al Madrid 46 millones por De Gea y el United al Madrid 90 por Ramos. Dos futbolistas, por cierto, con contratos relativamente próximos a expirar. Y dos precios exagerados que sólo pretenden marcar territorio y no abrir negociaciones.

Estamos ante dos operaciones paralelas con génesis diferentes. El Madrid ha convertido en necesidad relevar a Casillas. Una necesidad más social que deportiva, porque Casillas, bien es cierto que desprovisto del aura de portero-milagro que le ha llevado hasta aquí, no ha roto nada esta temporada ni le ha quitado ningún título al Madrid. Si sus actuaciones las hubiera firmado Keylor nadie le negaría otra oportunidad. Pero al Madrid le molesta el ruido que envuelve a Iker, ruido que el club ha consentido por omisión de auxilio. Y ahora anda en el callejón sin salida de traer a De Gea (que volvería a España con los ojos cerrados) a toda costa cuando saldría gratis el próximo verano. Lo de Ramos es otra cosa. Sabe que nada le gratifica deportivamente más que el Madrid, pero no aguanta ni su sueldo ni la actitud del presidente. Y este pulso no le saldrá gratis. Si se queda es posible que se vea en el Vietnam que está viviendo Casillas. Y es que Mourinho no dejó sólo en Madrid el gusto por el contragolpe.