Las Palmas vuelve a Primera, su sitio
Las Palmas está otra vez en Primera después de un apasionante partido, digno colofón de los playoff. Esta fórmula ideada hace poco por Tebas para alargar expectativas y suprimir así partidos en los que uno de los dos no se juega nada (que da lugar a lo que dan lugar) contiene en sí un cierto trazo de injusticia. Por ejemplo, este año el Girona acabó veintiún puntos por delante del Zaragoza, pero cayó ante él en el playoff. Algo rechina en que el tercero de una Liga tan larga se la juegue ante quienes quedaron detrás. Pero son reglas conocidas y aceptadas de salida por todos, en eso no hay cuestión.
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Y da lugar a unos partidos emocionantísimos, que acaparan el interés de toda la afición. Es como un postre sabroso tras haber terminado todo lo demás. Con el Girona vivimos, en Liga regular y en playoff, dos jornadas dramáticas, inolvidables. Pocas veces se puede reunir tanta desgracia en tan corto espacio de tiempo. Vimos una gran eliminatoria Valladolid-Las Palmas, y finalmente este doble encuentro entre el gran equipo de Aragón y Las Palmas, resuelto muy cerca del final con un gol de Araújo, esa especie de Kun Agüero que ha acumulado 25 goles esta campaña para lograr el ascenso.
Me gustó lo que gritó Herrera nada más acabar el partido: “¡Los cuatro que hemos estado en esto hemos merecido subir!”. Un grito solidario hacia los tres que deja atrás. Herrera es consciente de lo que se sufre en esta caldera. Muy bien. Pero sólo había sitio para uno y ese ha sido Las Palmas, que ayer, desde luego, lo mereció. En varias combinaciones de ataque entre los Culio, Araujo, Roque, Viera y demás me pareció reconocer el juego de aquellos Germán, Guedes, León y compañía. Bienvenido sea Las Palmas, que se ha levantado con grandeza del esperpéntico revés del año pasado. Su sitio es la Primera.




