¿Día libre en la selección chilena? No, muchas gracias

Días libres polémicos. Jorge Luis Sampaoli les ha dado tres tardes libres a sus jugadores en medio del proceso de concentraciones por torneos oficiales desde que se hizo cargo de la selección chilena, a finales de 2012. La primera fue durante la Copa del Mundo, tras el histórico triunfo 2-0 sobre España. Aquella vez un par de futbolistas llegó en mal estado al cuartel de la Roja, Toca da Raposa II, en Belo Horizonte. La historia se supo con certeza meses después. Las otras dos fueron en la presente Copa América: después del triunfo ante Ecuador, cuando a Arturo Vidal se le vio en las carreras de caballos, en el Club Hípico de Santiago, y la del martes por la tarde, que finalizó con el accidente automovilístico del jugador de la Juventus en el suburbio de Buin y su posterior detención y procesamiento por conducir en estado de ebriedad.

Sin once fijo. El incidente con Arturo Vidal es el mayor dolor de cabeza del seleccionador chileno, pero no el único. Para el duelo contra Bolivia, Jorge Sampaoli presentaría su 14° formación diferente en igual número de partidos oficiales al mando de la Roja. Los hechos, sumados al clamor popular de los fanáticos y de los medios, harían que Chile cambiara a un esquema defensivo de cuatro jugadores en lugar del bloque de tres que definitivamente colapsó en el empate 3-3 contra México. El primer damnificado del once inicial sería el zaguero del Hannover, Miiko Albornoz, quien cedería su lugar a Eugenio Mena.

Escaparate. Aparte del significado de disputar un gran evento en casa y la opción de sumar el primer trofeo continental de selecciones para la Roja, varios jugadores de la selección chilena ven la Copa América cómo una vitrina inmejorable para mejorar sus condiciones a nivel de clubes. A Mauricio Isla y Eduardo Vargas no les renovarán el préstamo en el descendido Queen’s Park Rangers; Gonzalo Jara estuvo dos meses sin ser citado ni siquiera al banquillo en el Mainz alemán, y David Pizarro no tiene clara cuál será su suerte tras la desvinculación de Montella como técnico de la Fiorentina. Aparte, era la posibilidad para que otros jugadores que tuvieron grandes temporadas concretaran contratos ventajosos, como Angelo Henríquez en el Dinamo Zagreb, y Arturo Vidal quien, hasta antes del accidente automovilístico, tenía una clara posibilidad de sumarse al Arsenal.