De Keylor y De Gea a Cesc, Silva y Piqué
Pasó el partido, pasó el morbo. Morbo en las porterías, morbo en la presencia de Piqué. Pasó el partido con victoria, con mejor juego en la segunda parte que en la primera, aunque los goles llegaran en esta, y con la sensación de que lo mejor que hay en este equipo todavía es lo que queda de lo que había. Porque cuando salieron en la segunda mitad Silva y Cazorla, sobre todo el primero, aquello se animó mucho. Si no hubo goles en esa segunda mitad fue porque lo impidió Keylor Navas, con estupendas intervenciones. En Costa Rica es otro. Goza de una confianza que en el Madrid no ha tenido.
De Gea tuvo menos suerte. A puerta le fue un solo disparo y entró, y no era el más difícil al que tenga que hacer frente en su carrera. Porteros aparte, España hizo un primer tiempo deshilachado, sin juego armónico, con la pareja San José-Koke sin carburar. La mejor noticia fue ver a Cesc por fin con aires de dueño del equipo. Ante las salidas de Xavi y Xabi, necesitamos su jerarquía de jugador grande, con tan colosal trayectoria en la Premier. Ni en el Barça ni en La Roja se ha sentido tan dueño de su papel como en Inglaterra. Ahora está para dar ese paso. Y otro apunte: bien de nuevo la puntería de Alcácer.
Me queda lo de Piqué, pitado en la víspera, pitado ayer, cuando calentaba, cuando salió, en cada jugada. Me da la sensación de que están las sensibilidades demasiado a flor de piel. Lo de Piqué fue una broma que no gustó al destinatario, que era el madridismo todo. Pero sólo eso, una broma, no una ofensa, no un insulto. Quizá se haya juntado a eso algún ajuste de cuentas por lo de del Himno, que ha sentado mal en muchas partes de España. Pero me supo mal ver pitado así a un jugador propio, tan bandera de la Selección como del Barça. Hay demasiadas sensibilidades a flor de piel, sí, y eso es para preocupar.