El peligro está en Obradovic

Obradovic trajo al equipo a Madrid un día antes de lo previsto para evitar aglomeraciones en el aeropuerto de Estambul. Cualquiera se fía. Ahora está en su salsa, afable, bromista con desconocidos, se abraza con cualquiera e invita a cenar al equipo de Eurofighters de Canal+ la noche antes de la semifinal. Hace ya veinte años que donó aquí una de sus ocho Euroligas, la última del Madrid. El genio serbio se ha puesto la sonrisa y no se la quita. No se sabe si se ríe porque trae a un equipo joven, sin presión, o sonríe como lo hizo en el cine Alex Delarge (La Naranja Mecánica) o Hannibal Lecter.

El CSKA es, como diría Phil Jackson, el mejor equipo que el dinero puede comprar en Europa. Solo eso explica que Khryapa no entre en los diez principales de su rotación. Estará en la final del domingo si construye su instinto inyectándose revancha por lo ocurrido en la final del 2012 contra caras que hoy estarán enfrente, como las de Spanoulis y Printezis.