Cristiano pide reciprocidad
Los objetivos del equipo están por encima de todo, pero cuando ya se consiguen convendría cuidar los objetivos individuales, y más si estamos hablando de Cristiano. No es una cuestión de capricho, tiene que ver con la felicidad de tu gran estrella. Si Cristiano es feliz, rinde mejor y si rinde mejor, el Madrid es mucho mejor. Está claro que sus gestos no son edificantes, pero sí comprensibles. Su estatus se lo ha ganado con goles, desatascando una ingente cantidad de partidos.
La sensación es que cuando el Barça logra encarrilar un partido, eso es lo más importante, luego, casi como si hubiera una consigna, se ponen a jugar para Messi de manera descarada, especialmente Neymar y Suárez. En el Madrid debería pasar lo mismo con Cristiano. No es un reproche a Arbeloa. El tercer gol al Almería es instintivo y hace bien en meterlo. La reflexión va más allá. La felicidad de Cristiano es la felicidad del Madrid, así de sencillo. Cuando tuvo que dar el pase, para la gloria del Madrid primero y de Chicharito después, ya lo dio. No es egoísmo, es reciprocidad.