Chicharito y el Madrid lo merecieron

El 0-0 duró hasta el 88’, cuando por fin lo hizo saltar Chicharito, el héroe de la noche. Postergado toda la temporada, no hay duda de que se ha entrenado como un jabato, con honradez y sacrificio. Ese trabajo silencioso le permitió presentarse en el partido más importante de la temporada en plenitud de fuerza e ilusión. Fue el mejor del equipo, seguido de cerca por James, y tuvo el merecido premio de un gol que se recordará. Un gol en preciosa jugada de Cristiano, con pared que James le devolvió entre la piernas de Godín para que tras recogerla asistiera a Chicharito, que estaba donde había que estar.

Era el 88’. Hasta ahí llegó el Atlético aún indemne, con un juego más rácano de lo que acostumbra. Para un Madrid sin Bale y Benzema, y por ello muy limitado para el contraataque, se metió demasiado atrás. Y no sólo en la primera parte, como era de esperar, sino todo el partido. Jugó a la prórroga y los penaltis, fue demasiado cicatero. Quizá le hubiera valido el plan sin la expulsión de Arda, difícil saberlo, pero la agresividad con que juega el Atlético le expone a estas cosas. Poco antes de la segunda de Arda, que muchos ven excesiva, Raúl García debió ver la roja por una patada sin excusa a Varane.

El Madrid no hizo un buen partido, no, pero al menos cargó con todo el peso del mismo. Ancelotti sorprendió metiendo a Sergio Ramos en lugar de Illarra en la media. Perdió juego a cambio de salto (ya saben, el peligro del Atlético en el balón parado) y bravura. No es experimento para sentirse orgulloso, habrá que considerarlo una emergencia ante la situación planteada. El Madrid tuvo el campo y el balón a su disposición, pero le costó elaborar. Algo de James, poco de los demás. Y la voluntad revoltosa de Chicharito, siempre dispuesto y lúcido, hasta que obtuvo el premio que tanto merecía.