No olviden el inicio del partido...

Ahora es difícil acordarse del inicio del partido, cuando el Granada estuvo bien plantado, hasta cómodo en el campo. Achicando los espacios de forma ordenada, eligiendo los momentos para estirarse con sentido. Ahora es difícil recordar que en esos minutos el Real Madrid llegó a tener dudas. Más de uno pensó que igual llegaba la sorpresa del Granada ante un Real Madrid que parecía perezoso y sin ideas. Pero todo cambió con el gol de Bale. Un gol barato, uno más. Ahí acabó el partido y lo que vino después fue lo que tantas veces ha sucedido durante la temporada: un Granada tan débil anímicamente que se disuelve al mínimo contratiempo, sin capacidad de reacción, inerte ante la adversidad. El problema es que delante estaba el Madrid que a medio gas anotó nueve goles que bien pudieron ser una docena, que restañó sus heridas a costa de un Granada mortecino.

Pero lo mejor es que a pesar de todo el Granada sólo se dejó tres puntos en el Bernabéu y sigue vivo en la pelea por la permanencia. Su futuro dependerá de la capacidad para centrarse cuanto antes en lo que viene: Celta y Almería en apenas tres días. Ahí se juega la vida y ahí conoceremos el verdadero coste de la dura goleada ante el Real Madrid. Si el reto era importante, ahora lo es un poco más.