Sálvese quien pueda
Es verdad que el fútbol es un deporte imperfecto, que se juega con los pies y que está sujeto a los vaivenes del azar. Que este bendito juego siempre concede una bala al rival más débil. Así que el Granada acude al Bernabéu con la obligación moral de no dar el partido por perdido sin ni siquiera intentarlo, y lo buscará con todas sus fuerzas y todas sus herramientas a mano. Pero llegados a este punto de tanta necesidad, ahora el objetivo es dejar a tres equipos por debajo en la tabla al precio que sea. Ya no vale jugar bien o mal, hacerlo más o menos bonito… Se trata de sobrevivir.
Todos saben que la permanencia se juega de verdad en tres días, el miércoles ante el Celta y el sábado en Almería en un duelo dramático, a vida o muerte. Por eso no están Lass, Rubén Pérez e Insúa, tres hombres titulares que habrían jugado si el partido fuese en el estadio Juegos del Mediterráneo. Tiempo habrá para analizar qué le ha pasado al Granada para realizar la peor temporada teniendo la mejor plantilla desde que regresó a Primera División. Ahora eso no importa. No importa la forma en que el destino le ha llevado a un callejón oscuro con un puñal en las manos. Tiene que matar para seguir vivo. Sálvese quien pueda.