Gayà, entre Peter Lim y Florentino
Aquel incendio que provocó el fichaje de Mijatovic y que avivó Paco Roig vuelve a prender a la mínima que una estrella emergente del Valencia atisba en el horizonte madridista. Sobre todo porque el Valencia, de la mano de Peter Lim y con la excelente trayectoria de Nuno, suena, muchos años después, a proyecto serio y potente. El futuro de Gayà va a ser la vara de medir del nuevo dueño del club valencianista, la prueba del músculo y, de alguna manera, va a definir el espíritu del modelo. Sabremos si vocacionalmente se codea con los grandes, convence a sus propios jugadores o si, por el contrario, se convierte, que no es poco, en un club que deja marchar a un canterano que genera identidad, para que los números cuadren al final del ejercicio. El jugador, entre dos aguas, calla. En Valencia ya nadie dice que ha nacido para jugar en el Madrid.
Ahora sabemos que en el universo de Florentino, los laterales, como Danilo (la Bolsa de Portugal no entiende de sutilidades cuando hay un pago de por medio) y ahora Gayà, son para la primavera, mientras los galácticos y las renovaciones quedan para el verano. Si es mal momento para mover el árbol, debería serlo para todo, ¿no?