Granada, un bocado envenenado

Mirando la tabla es complicado explicar que el Granada está en su mejor momento. Desde que llegó Abel ningún equipo le ha superado. Tiene argumentos, tiene fútbol…y ahora además está enrabietado por la forma de perder en el Ciudad de Valencia, donde se sintió maltratado por la fortuna y el arbitraje. Y entre tanta necesidad, los puntos tienen tanto valor que la entidad del rival queda empequeñecida por las urgencias: o el Barcelona se impone a golpe de gambetas y sambas o lo pasará mal.

Como el año pasado, que se dejó la Liga en Los Cármenes con aquel gol de Brahimi. O como sucedió el 15 de febrero de 1942, hace algo más de 73 años, cuando cayó por 6-0. Por aquellos años el Granada era un equipo rocoso y se paseó ante aquel Barça que estaba en horas bajas y que coqueteó con el descenso. Era el Barça de Miró, Balmanya y Valle, un equipo que estuvo en puestos de descenso hasta tres jornadas antes del final y que soportó un relevo en el banquillo: Guzmán por Nogués tras la jornada 17. Reaccionó sobre la bocina, acabó antepenúltimo…y fue sonrojado en Granada en la derrota más dura del año. Los Cármenes espera al Barcelona.