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Karanka transforma la cultura del Middlesbrough y detiene su declive

Karanka. El Middlesbrough, como muchos equipos de la Championship, tiene jugadores que han estado en la Premier y otros que han destacado en la liga inferior, la League One. Karanka está aprendiendo a marchas forzadas a entrenar en otro país, a manejar los egos. Su nariz futbolera, su experiencia como futbolista y la etapa con Mourinho le permiten tomar decisiones sin miedo a equivocarse. Y cuando tiene un exjugador de la Premier que curra como uno de League One, y uno de League One que se cree Messi, tiene que tomar cartas en el asunto. “Tú estuviste en la Premier, ¿no?”, le dijo al chico que venía de la League One con un tono despistado. “Y tú, ¿de la League One?”, le soltó al ex de la Premier. “No, no”, le contestó el primero, extrañado. “Yo vengo de la League One”.

Mensaje. “Ah”, contestó Karanka confundido. “Es que me parecía que tú, que vienes de la Premier, habías estado en la League One, porque corriste como el que más, luchaste como un jabato, mordiste, robaste balones. Y tú, que vienes de abajo, pensé que habías estado en la Premier, con esa actitud de sobrado que has tenido todo el partido”. Y Karanka se dio media vuelta y se fue. Mensaje enviado. Fichaje. Hay mucho de lo que el preparador español ha hecho en el Boro que es “diferente”. El club del norte de Inglaterra ha tenido siempre entrenadores ingleses o escoceses. Pero finalmente Steve Gibson, su presidente, se dio cuenta de que se estaban quedando muy atrás. Peter Kenyon, o sea Mourinho, le sugirió que fichara a Karanka al que el portugués había identificado no sólo como un amigo, sino como un gran entrenador. Mendes hizo el resto en noviembre del 2013.

Cambios. Y la apuesta no podría estar saliendo mejor (asustaron al City en la FA Cup y van segundos a dos puntos del Derby). Es posiblemente el único de su categoría que lo tiene todo para subir y establecerse como un equipo Premier. Pero está ocurriendo algo más importante: ha transformado la cultura de un club orgulloso de su pasado británico.

Disciplina. Cuando ganó el premio de Entrenador del mes de enero, se echó una foto con toda la plantilla y el cuerpo técnico. Ese ha sido el mayor cambio: los futbolistas han pasado de preocuparse por lo suyo, a mirar por los demás. Hay más disciplina, entrenamientos más cortos, puntualidad y movimiento colectivo en el campo. Y no ha tenido que recurrir a la tentadora opción de fichar a españoles. Siete titulares son ingleses y otros cinco jugadores han sido cedidos por Mourinho, que le está echando una mano.

Madera de técnico. El club es más feliz, el declive se ha detenido. Casi nada. Dicen los periodistas españoles que se cruzan con él que está distante. Normal. Prefiere que hable su equipo y demuestre así que hay madera de entrenador de largo recorrido.