La diferencia se llama Cristiano
Las cotizaciones de las apuestas suelen ser tan permeables a los últimos acontecimientos como la mayoría de nuestras opiniones. No hay más que ver a todos los que enterraban a Messi esta misma temporada y ahora asisten atónitos a recitales del argentino como el de ayer. Es normal que, tras los últimos partidos, especialmente el varapalo del Real Madrid en el Vicente Calderón, haya quien vea con otros ojos el favoritismo del equipo blanco en la Champions. Gestionar bien los bajones, que son inherentes al desarrollo de la temporada, es la diferencia de los equipos campeones. El Real Madrid es igual de favorito que antes en la Champions, junto al Barcelona y el Bayern. Habría que sumar al Atlético y al Chelsea a este tren, por el perfil de sus plantillas y de sus entrenadores, absolutamente competitivos a doble partido.
En el Madrid se puede hablar del 4-4-2, del bajón físico de la plantilla y de los pitidos en la grada al entrenador y a Casillas, pero en realidad todo se reduce al factor Cristiano. Cuando el portugués estaba desatado cara al gol, no hace tanto tiempo, el Madrid no tenía debates futbolísticos, porque los goles esconden todas las carencias. No se puede dudar de que Cristiano, aquí ya hay menos enterradores, volverá más pronto que tarde. Ya siente el aliento en el cogote de Messi y vuelve la Champions, dos motivaciones y dos retos que siempre han dado alas al portugués. Se atisba otra recta final de temporada apasionante...