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Los mensajes a la plantilla

Parece lógico que se enciendan las alarmas en el Real Madrid después del varapalo sufrido en el Vicente Calderón. Perder forma parte del juego. Hacerlo con estrépito y pareciendo que te sobra competir es impropio del club blanco. Al dolor de la derrota se unieron las imágenes de la fiesta de cumpleaños de Cristiano. Las invitaciones estaban cursadas dos semanas antes y las confirmaciones, con una semana. Más que un cumpleaños era un evento en toda regla, con difícil vuelta atrás. El indiscreto músico dejó a los pies de los caballos especialmente a su anfitrión, a varios jugadores e incluso a su compatriota James, recién operado. Más allá del jolgorio, parece claro que se ha caído en la autocomplacencia después de conseguir el récord español de partidos ganados, el Mundial de Clubes y el Balón de Oro de Cristiano. Es el momento de volver a levantar las orejas y prepararse para el momento álgido de la temporada. Es bueno que el presidente transmita toda la preocupación que rodea al entorno, en conversación con Ancelotti, Paul Clement y Fernando Hierro, por un lado, y con los jugadores, por otro. Aún con el Madrid líder y como claro ‘cabeza de serie’ para la Champions, es bueno dar un golpe en la mesa antes de que la herida pueda ir a más.

No hubiera estado mal tampoco haber previsto las consecuencias del inoportuno viaje a Dubai a la vuelta de vacaciones de Navidad, justo cuando los jugadores deben empezar a recuperar la forma, ni haber salido al cruce de la crisis médica que se veía a la legua. Esos mensajes tampoco son buenos. Pero ya se sabe que en fútbol la victoria tiene muchos ‘padrinos’, con perdón, pero las derrotas muy señalados culpables.