Mandzukic se quitó los guantes

Como pez en el agua. Así se sintió el Atlético sobre el barrizal de Ipurua. Es más fuerte, igual de agresivo y, por supuesto, mucho más técnico que el Eibar, un milagro de equipo. Con Albentosa en la Premier, sin Bóveda para vigilar a Griezmann y su cerebro Dani García sancionado, los colchoneros parecieron Atila y los hunos. No dejaron ni la poca hierba que había. Simplemente, no hubo partido.

Raúl García entendió a la primera cómo había que tocar el balón, fuerte y al espacio: gol de Griezmann. Parecía que la cosa no iba con Mandzukic hasta que se quitó los guantes. Pim, pam, dos directos a la mandíbula de Irureta. Se los volvió a poner en el descanso. Garitano recordará esta semana a su tropa la cuesta hasta los 42 puntos. Se necesita la fe de Piovaccari en el 1-3. Van de matrícula de honor.