20 minutos de Messi y 70 de forcejeo
El ‘Neoclásico’ no dio tanto de sí como esperábamos. Emoción, sí, desde luego, pero juego bastante menos. El Atlético suele invertir lo mejor de sí mismo en neutralizar al contrario, y si el contrario es el Barça, le queda poco resto para hacer más. Aun así, tuvo un rato bueno, la segunda mitad de la primera parte, cuando tras controlar por fin a Messi (cuyo arranque fue espectacular) consiguió desplegarse por todo el campo, elaborar algún juego, tomarse respiros, acercar el balón al amenazante Niño Torres hasta el área de Ter Stegen. Pero el principal mérito fue controlar ese arranque de Messi.
Está claro que con Luis Suárez en el equipo tiene más sentido que Messi arranque desde la derecha. Y así lo hace ahora. Se aleja algo del gol, y eso es algo que tendrá que compensar Luis Suárez. Hasta ahora no lo está haciendo, pero cualquier día le vemos de nuevo abrazado con el gol, porque lo lleva dentro. El Atlético, ante el nuevo planteamiento del Barça, se aplicó a cerrar las bandas con tres hombres y acertó. Neymar no pudo con tanto enemigo y Messi, inspirado y fenomenal en el arranque, duró veinte minutos. Luego, las dificultades le fueron venciendo y eso, claro, dejó el partido en línea de equilibrio.
En la segunda mitad, el Atlético se afeó algo con los cambios y el Barça se afeó con la actitud. Pero mantuvo siempre la insistencia y eso le hizo merecedor del gol de Messi, alcanzado tras un penalti con rebote. Penalti feo, barullón y difícil de ver, pero penalti, porque Juanfran patea a Sergio Busquets en una maniobra errónea. Quedaba poco para el final, pero aún sufriría un disgusto el Atlético, la amarilla a Godín, que le quita del partido de vuelta. Una baja seria, aunque Miranda vuelve a estar bien y el jovencísimo Giménez ha dado una medida magnífica hasta ahora. Pero Godín es Godín...