De Hong Myung Bo a la Corea de Stielike
Hong Myung Bo es el futbolista surcoreano más importante de la historia. Eterno central, fue él quien marcó aquel último penalti a Casillas que metió a Corea del Sur en semifinales de su Mundial en 2002, Al Ghandour mediante. El propio Hong Myung Bo ya le había marcado a Cañizares en aquel empate del Mundial 94. Jugó cuatro Copas del Mundo y por eso a nadie extrañó que la federación le nombrase en su momento seleccionador. Llegó en mal momento, con el eterno rival Japón muy por delante y pocas opciones de éxito. Trató de jugar un fútbol directo, de mucha intensidad, similar al del éxito con Hiddink en el 2002. No cuajó y tras un Mundial sin triunfos renunció. No levanta la selección surcoreana, que ha buscado en Stielike el revulsivo. Y Stielike se ha propuesto cambiar de cuajo el estilo.
Dos partidos ya en la Copa de Asia ante Kuwait y Omán, dos de las más débiles del torneo. Y dos alineaciones distintas, con siete cambios ayer en el triunfo ante los kuwaitíes. Un equipo lento, bastante previsible, que sólo acelera en momentos concretos de los partidos y que sólo ha sido capaz de marcar dos goles hasta ahora. Le dieron seis puntos, sí, pero sensación pobre. Dejó certezas como el liderazgo de Ki Sung Yueng, al que Stielike coloca en la base del mediocampo en una posición más retrasada en la que le vemos en el Swansea. Ganó Corea del Sur en una de las pocas transiciones rápidas que hizo en el partido. Una jugada en la que Nam Tae Hee cabeceó un centro desde la derecha de Cha Du Ri. Lateral hoy, delantero o extremo hace años. Cha Du Ri es hijo de Bum Kum Cha, una de las piezas clave de aquella selección de Corea del Sur que en el Mundial 86 cosió a patadas a Maradona.
Eran otros tiempos y otra Corea del Sur muy distinta. Ante Australia veremos si la actual de Stielike es tan competitiva como aquella, o como la de 2002 de Hiddink y Hong Myung Bo. Muy buenas sensaciones no transmite. Será un partidazo, en cualquier caso. El primero entre candidatas reales en esta Copa de Asía.