Gastroenteritis en el Barça

Crisis. La alineación de Luis Enrique en Anoeta pasará a la historia del Barça como el detonante de la crisis que terminó con Zubizarreta, Bartomeu y el propio Lucho. El desafío del asturiano a Leo Messi, y al sentido común, ha supuesto su sentencia como líder del vestuario porque vino a demostrar que ponía su autoritaria jactancia por encima de los intereses del equipo. A este Barça le quitas a Neymar y Messi y es un equipo vulgar, pero a Lucho le dio igual con tal de demostrar que el mando era suyo. Se la pegó, perdió la apuesta y ahora ya se sabe quién manda en el vestuario. Se lo dijo Bartomeu en rueda de prensa y se lo recordó el público del Camp Nou pitando ante el Elche a los que intentaban corear el nombre del asturiano: manda Messi. El argentino decidirá ahora cuánto aguanta Luis Enrique en el banquillo.

Elecciones. El presidente, con esa cara de sufridor doliente que se le ha puesto en un año, convocó elecciones con el agua al cuello, sabiendo que afronta sus últimos meses en el cargo. Con el lastre que tiene en la mochila Bartomeu, cualquier candidato medianamente serio le ganaría en las elecciones. Laporta lo tiene tan fácil que con mostrarse sensato puede arrasar. No le haría falta ni un entrenador galáctico en el cartel electoral. Por cierto, consejo a los posibles candidatos: el futuro técnico que sea de la cantera u holandés, porque ya avisó el Tata que si no, no cuaja. De Zubi no hay mucho que decir. Aparte de las entrevistas con Mónica Marchante, no se le echará de menos.

Las quejas blancas. El Madrid salió escocido del Calderón, y no fue por el juego duro del Atleti. Por mucho que los jugadores, con Ramos y Marcelo en plan parvulario, señalaran al arbitraje y a las malas artes rojiblancas como responsables del mal resultado, dio la sensación de que los suplentes de Simeone frenaron al Madrid sin demasiados problemas. Además de la decisiva ausencia de Modric en la dirección, al equipo de Carletto se le ha ido la frescura y de pronto parece con las piernas pesadas. Los petrodólares no refrescan el organismo del futbolista. El Madrid no está para un mes de enero cuesta arriba y no me extrañaría que se dejara ir en la vuelta de la Copa.

Juramentos del Cholo. Otra cosa es el Atleti, que va por todo con el cuchillo entre los dientes. El Cholo ha logrado que sus jugadores menos utilizados mantengan una tensión competitiva impresionante. No salen a tocar el violín, para eso está Arda, salen con pierna fuerte, corazón caliente y a echar los pulmones por la boca, que eso también es fútbol. El técnico tiene juramentado al vestuario para pelearlo todo con Madrid y Barça, sabiendo que necesita tirar de toda la plantilla para no llegar con la lengua fuera al tramo decisivo de la campaña. Mañana los cholitos llegan con su juramento al Camp Nou de Messi. ¡Ganas de contarlo en Carrusel!