Messi es el 'alien' que devora al Barça

El Barça está hecho un lío. Hace no tanto que Guardiola se escapó de allí. Entre las varias posibles causas que los ‘barçólogos’ apuntaron, la más firme de todas me pareció que no veía forma de hacerse con Messi. Con Guardiola presente, Ibrahimovic había salido eyectado del planeta Barça. Extraordinario jugador, pero mirado de forma oblicua por Messi, de cuyo humor depende todo. Un día dijo: “Miro hacia adelante y no veo dos centrales, sino tres”. El tercero era Ibrahimovic. Salió de allí. No mucho más tarde salió Guardiola, pensando, y es un decir: “El que venga detrás, que arree”.

Los que vinieron detrás han ido poniendo parches, siempre condicionados por el humor variable de Messi, sometido a su vez a un muletazo de castigo por parte de Hacienda que nunca se figuró sufrir. Criado en una España en la que valía todo, se encontró de pronto, como luego los Pujol, arrastrado por las cadenas de la ley. ¿Y esto? Pues de repente es así, y, sí, nadie se lo advirtió a usted. Esto ha cambiado. Lo que no ha cambiado es su excelencia con el balón. ¿O sí? Ganó cuatro balones de oro consecutivos, pero el último lo ganó Cristiano Ronaldo, que ahora quizá repita. ¿Y entonces...?

Messi sacude ahora las paredes de un Barça en el que todo resuena a hueco. Luis Enrique no es lo más esclarecido del espacio antropológico culé. Sólo a alguien como Zubizarreta se le pudo ocurrir contratarle. Bartomeu es el suplente de un resentido, Rosell, que llegó al Barça sin más Norte que dejar en ‘off-side’ en lo que pudiera a Laporta. Al final de todo, lo que queda del Barça es una nave extraviada cuyas tripas devora Messi, un ‘alien’ al que convendría desembarcar cuanto antes, en el Chelsea o donde sea. Pase lo que pase, lo que sí me temo que el tiempo de Messi en el Barça ya ha acabado.