A Pepe le ha cambiado la cara...

La tremenda transformación que ha logrado Ancelotti en este equipo en menos de dos temporadas se puede resumir perfectamente en la evolución de un futbolista tan importante para el grupo como es Pepe. A este chico le ha cambiado la cara. El central portugués, elegido como agresiva bandera y abandonado después en la cuneta por el antiguo entrenador, ha pasado de tener una actitud de macarra de barrio a mostrarse como un futbolista impecable al que no se le puede poner un pero. La tranquilidad y la armonía que Carletto ha traído a la caseta ha logrado lo que parecía un milagro: hacer de Pepe uno de los defensas más limpios y centrados de nuestra competición. El portugués está rindiendo a un nivel tremendo, exactamente igual de poderoso en lo físico, pero mucho más relajado y sin tener que convivir con la presión inaguantable a la que le sometía el régimen anterior.

Su rendimiento no sólo no se ha resentido sino que ha mejorado de manera notable en todos los aspectos del juego. Pepe está disfrutando como nunca jugando en el Madrid y el vestuario lo agradece. Atrás queda también la época en la que en el club blanco se planteaban darle salida porque se había excedido en su comportamiento en demasiadas ocasiones. Pepe está encantado y, lo que es mucho más importante, tiene encantados a sus jefes, a todos sus compañeros y a una afición que le adora. Al César lo que es del César y a Pepe lo que es de Pepe.