Mireia, sencillamente la mejor
Mireia Belmonte ha dado por finalizada su actuación en los Mundiales de piscina corta. Con cuatro medallas de oro, que elevan a España al segundo puesto del medallero, gracias única y exclusivamente a sus éxitos, como viene sucediendo en cuantos campeonatos interviene. O sea, que sería exacto decir: 1º, Hungría; 2º, Mireia Belmonte; 3º, Holanda; etc. Se despidió con una eliminación en los 200 estilos. Por tres centésimas. Es una diferencia inapreciable. No es una decepción. Es la demostración de que en unos Mundiales nadie regala nada. Su derrota revaloriza aún más los cuatro oros con los que regresa. En unos Mundiales están las más grandes nadadoras del mundo, y sólo ganan las mejores. Mireia entre ellas.
Lo que no se puede pedir a Mireia es que sea fondista y velocista. Como pedir a Bolt que gane la maratón o a Kimetto que gane los 100 metros. Mireia fue medallista este verano en la prueba de aguas abiertas (5 kilómetros) de los Europeos, y en estos Mundiales sus eliminaciones se han producido en los 100 y los 200 metros. Lógico. Nada que reprocharle. Todo lo contrario. Mireia acepta cualquier reto con tal de mejorar. Competir ante rivales superiores y sobre distancias que le obligan a ser más rápida que nunca, le ayuda a mejorar sus capacidades. Por eso mira de frente a la derrota. Es una manera de sufrir y de hacerse mejor. Eso sí, a un precio muy alto. Está perdiendo su juventud a cambio de un sueño: ser la mejor. Lo está consiguiendo