A mí me preocupaba la infección
El martes fue un día de alegría para la afición madridista. La vuelta a los terrenos de juego de Jesé después de casi nueve meses desde que cayó lesionado ante el Schalke en el ligamento cruzado fue una reaparición feliz y triunfante. Atrás quedaban muchos meses de angustia, dolor y sacrificio. No sólo se trataba de vencer a la lesión, sino también y más importante aún, a la infección de la rodilla. No todos consiguen vencer una infección de rodilla y continuar en el deporte profesional.
En el transcurso del partido vi un jugador totalmente recuperado de su rodilla, con velocidad, potencia y sin rehuir el contacto. Y, por supuesto, sin perder su característica fundamental: el gol. Sin embargo, este tipo de lesiones requieren muchos partidos y tiempo para que el jugador vuelva al mismo nivel que tenía antes del contratiempo. Es verdad que estuvo bien, pero necesita coger más el ritmo de la competición y éste sólo se consigue compitiendo y entrenándose a tope. Siempre he dicho que en una lesión del ligamento cruzado, el jugador tarda casi un año en volver a ser el mismo futbolista que fue antes de la lesión. Jesé va por buen camino y ojalá sea la excepción que confirme la regla.