Federer, grande entre los grandes
Roger Federer ha honrado la Copa Davis. La peana de la Ensaladera ya tiene grabado su nombre, grande entre los grandes. Un jugador al que se presenta mejor diciendo lo que le falta, que lo que ha ganado, pues en su palmarés sólo se echan en falta dos torneos de la categoría Masters 1.000: Montecarlo y Roma. De ahí para arriba lo ha ganado todo. En ese para arriba están los restantes Masters 1.000, todos los Grand Slams, el oro olímpico en dobles y la Davis. Pongo la Davis al final, porque para todo gran jugador es el mejor colofón para una carrera. Podrá tener menos significado para quienes presentan un palmarés discreto (caso de Ljubicic y Ancic, ganadores de la Davis en 2005), mas para un número uno la Davis se llega a convertir en lo máximo.
Por eso la Davis tiene un significado muy especial. Lo dijo Federer tras la victoria. Él ya tiene muchas, y ésta es para los aficionados. La Davis se trata de una competición única y muy bien estructurada. Capaz de llenar campos de fútbol y de hacer llorar de emoción a los ganadores. Últimamente ha recibido críticas por parte de jugadores que precisamente no la quieren disputar. Son difíciles de entender. La Davis consta de un máximo de cuatro eliminatorias, y su exigencia es relativa, pues dependiendo de la fortaleza del rival se puede seleccionar a unos u otros tenistas, ya que se trata de una competición por equipos. Existe desde 1900 y mientras unos países siguen disfrutándola, aquí hacemos lo posible por cargárnosla. Y el CSD, sin abrir la boca.