Diego Costa y Alcácer: aquí hay pareja
España goleó y además marcó Diego Costa, que ya tocaba. El rival era poca cosa, de modo que el valor de la victoria hay que mirarlo con los prismáticos del revés, pero al menos sirve para enterrar el berrinche de Zilina. Fue un resultado bonito, el más bonito en nuestro corto palmarés ante Luxemburgo, y vimos arriba una pareja Diego Costa-Alcácer que funcionó. Tienen algo de complementario en su físico y sus movimientos, a cada uno parece venirle bien el otro. Y los dos marcaron. Antes Alcácer, que ha entrado bendecido en este equipo, que Diego Costa, que se trabajó su gol una enormidad.
Llegados al descanso con 2-0, todos los comentarios iban hacia él. Había jugado bien, peleando sin desmayo, esta vez en un tono menos bronquista que otras. Le facilitó el primer gol a Silva, pero ya antes y después de eso pudo marcar él, porque además de jugar bien para el resto llegó varias veces a situaciones de remate. Se le escapó alguna clarísima. Curiosamente, la mala racha se rompió en la segunda mitad, cuando peor andaba España, y en una jugada bastante fea en la que se encadenaron pifias y rebotes. Pero marcó y eso puede alejar la psicosis que empezaba a invadirle. Ahora se aplacará el run-rún.
A pesar de un largo apagón en la segunda mitad, España dejó buena impresión. Acelera más el juego, busca la portería, remata. Van apareciendo nuevos jugadores, de uno en uno o hasta de dos en dos, como ayer. Rodrigo y Bernat, debutantes con el partido avanzado, fabricaron un precioso cuarto gol que venía a consagrar dos cosas: el momento feliz del Valencia y el impulso renovador de la Selección, que empuja desde abajo. Sólo son tres puntos, sólo era Luxemburgo, que ha dado mejores ciclistas que futbolistas. Pero la impresión es buena. Y ahora, a ver que hacen mañana los Sub-21 en Cádiz.