Benzema en Sofía y Turan en Madrid

Noche de emociones, en Sofía y en Madrid, pero bien resuelta. Mejor que mejor en el caso del Atlético, porque puede decirse que ganó dos veces: en Madrid, a la Juve, y en Malmoe, donde cayó el Olympiacos. El Atlético sale de la jornada muy mejorado con respecto a su posición en el grupo. La avería de Atenas ya no lo es tanto. En cuanto al Madrid, ganó en Sofía al Ludogorets, un modesto muy digno que empezó abriendo el marcador, se sostuvo bien, aguantando atrás pero con un ojo siempre puesto en las deficiencias del Madrid para replegarse, y mantuvo el marcador vivo hasta el final.

Los partidos del Madrid van pareciéndose mucho unos a otros. Valdano dijo anoche en Carrusel que su 4-3-3 crea peligro en las dos áreas. Perfecto. Ataca generalmente bien y siempre existe el peligro de la calidad de sus hombres (excelente ayer Isco hasta que se agotó) pero se come contraataques. Y de paso, goles de córner. Eso le hace ser un equipo mucho menos fiable de lo que de la categoría de sus hombres se podría esperar. Anoche le costó ganar, en un partido raro, con un mal árbitro que enredó a todos. Le desatascó la lucidez de Benzema, cuya flema esta vez vino como anillo al dedo.

Muy otro fue el partido del Calderón, con muchas menos ocasiones y desde luego sin ninguna concesión. Dos equipos tácticos, rocosos, negando espacios en el medio campo, jugando con colmillo profesional. Un partido de aúpa que resolvió el Atlético en una apertura de Tiago a Juanfran, cuyo centro, que buscaba la cabeza de Mandzukic, acabó encontrando el pie de Turan. Y de ahí, a la red, junto a la cepa del palo. Un partido bravo, muy de verdad, muy europeo. Nada hermoso pero muy emocionante. Y tres puntos que al Atlético le saben a gloria porque llegan con el regalo añadido de lo de Malmoe.