Isco es el regate y Cristiano es el gol

Ancelotti retocó el equipo, no sólo en los nombres, sino en el modelo. Con Cristiano y Bale arriba, el grupo se organizó en un 4-4-2 que le resultó bien, porque la mayoría de los jugadores se encontró en sus funciones naturales y en el centro de todo, Illarramendi se sintió seguro, al mando de los hilos. La primera consecuencia de eso fue que la presentación de Keylor resultó plácida. Sólo tuvo que hacer una parada, y sencilla. Encajó un gol de penalti, uno de los tres que hubo en el partido por el gatillo fácil de Clos Gómez. Un gol en la portería del Madrid, cinco en la del Elche. Es la distancia entre ambos equipos. 

Isco se lució, incluso más que Illarramendi. Con un buen socio muy cerca, Marcelo, jugó a gusto y a tope, yendo a más hasta que se agotó, porque transportado por su entusiasmo se entregó a fondo. Su regate y la inteligencia de su juego llenaron la noche de espectáculo. El equipo lo vio y volcó el juego mucho por esa especie de ‘ala infernal’, Isco-Marcelo, lo que hizo que James participara menos. Pero también estuvo bien. Bale, metido en el área, colocó un cabezazo de auténtico delantero centro, aunque hay que decir que Manu Herrera facilitó el gol con mala colocación y manos de mantequilla.

La goleada no debe llevarnos a pensar que el Elche estuvo mal. No se afligió, no se embotelló, salió bien por las bandas, sobre todo en al primera parte, buscando la espalda de los laterales. Pero tuvo poco remate. El Madrid, sí. El Madrid siempre lo tiene, con la presencia bárbara de Cristiano, al que este acercamiento al área le está viniendo bien. Ya lleva nueve goles en esta Liga. Ayer, dos penaltis, un cabezazo perfecto y una llegada al claro a pase de Bale. Está incontenible. Ya son 186 goles, con lo que empata a Santillana y se mete en el ‘top ten’ de la Liga. Definitivamente, el nuevo papel le conviene.