La renta no tranquiliza a Contador

Los Lagos de Covadonga prometían mucho y a mí me dejaron con ganas de más. No terminó de convencer una etapa mítica en la Vuelta a España. Es lógico, llegaba con la resaca de La Camperona aún muy presente, espectáculo puro, la mejor etapa en mucho tiempo y de largo la mejor de esta edición de la Vuelta como ya comenté. Pero ayer el animador y agitador principal fue uno, el que viste de rojo, Alberto Contador. El ciclista pinteño fue un valiente desde el principio, no paró de atacar en el duro ascenso a Lagos pero no está tranquilo. No puede estarlo a pesar de que le ha metido unos segundos de diferencia a un Froome que sigue muy vivo, a su ritmo, pero que no puede ser descartado de la lucha final por hacerse con el maillot rojo en Santiago.

Igual que Valverde y Purito. Ambos ayer se limitaron únicamente a seguir a Contador, a controlar sus ataques y a beneficiarse de la labor oscura que les estaba haciendo el de Tinkoff sin percatarse. En el puerto del Torno el que animó fue Movistar, que tomó la cabeza hasta llegar a un peligrosísimo descenso. Más de 20 kilómetros de bajada en una carretera ya de por sí complicada que se convertía en traicionera con la presencia de la fina pero constante lluvia asturiana. Hoy toca La Farrapona, con los favoritos muy justitos de fuerzas y sin apenas gasolina en un depósito con el que tendrán que sobrevivir a una semana tremendamente dura. Todo está muy igualado, tanto que alguno de los puestos del podio podría llegar a decidirse en la crono final.