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Sueños que se convierten en pesadillas, pero que no se borran

Problema a la vista. Dentro de cientos de años, los arqueólogos tendrán un problemón. Depende de qué fuentes consulten, habrá una corriente de pensamiento que asegurará que Falcao fue jugador del Madrid. La polémica de los siete Rollos de Qumran descubiertos por dos pastores beduinos en 1947 cuando perseguían a una cabra que se les había escapado y que se supone que son la primera Biblia se quedará en nada cuando dentro de muchos años, un paleorastreador de discos duros dé con el siguiente documento firmado desde su cuenta de Twitter por Radamel Falcao: “Sueño hecho realidad. Dream come true #halaMadrid” con fecha 30 de agosto de 2014. Concretamente, a las 19:07 horas.

El misterio. Evidentemente, existirá una escuela de negocios (porque al paso que vamos, esto del fútbol dentro de muchos años será algo más que trascendental que se estudiará hasta con becas de La Caixa o el Santander) que defenderá con sólidos argumentos que el colombiano jugó en el Madrid. Incomprensiblemente, luego se perdieron las imágenes de sus partidos. O quizás especularán con una terrible lesión que no le dejó debutar,

El Valle de los Reyes. La verdad sólo saldrá a la luz cuando se descubra el yacimiento arqueológico de La Finca, que será algo así como el Valle de los Reyes, pero con Ferraris en lugar de lapislázuli. Allí, entre pantallas extraplanas de 80 pulgadas, miles de consolas, y un número tan obsceno de relojes que nuestros descendientes sospecharán que una vez los humanos tuvieron 12 brazos, hallarán un único libro: las memorias de Jorge Mendes. Será ese manuscrito la próxima Piedra Rosetta que permitirá descifrar el enigma del tuit de Falcao.

El fotomontaje. Falcao no fichó, al menos ese año, por el Madrid. Borró su tuit enseguida y a las 20:33 del mismo día publicó otro que decía: “Tengo que desmentir una noticia sobre un tweet que no he hecho y es un fotomontaje”. Perece mentira que alguien cobre, mucho además, por redactar algo así.

La enciclopedia. Con los tuits borrados del mundo podría escribirse una enciclopedia de lo imposible. De los sueños que estuvieron a punto de cumplirse, pero que se convirtieron en pesadillas. Y eso jamás puede borrarse.