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91 días después de la final de Lisboa...

Si las cuentas no me fallan, han pasado 91 días desde la final de Lisboa. Ahora los dos grandes rivales se enfrentan de nuevo con una copa en juego. El 1-1 dejó las espadas en alto, como se decía antes. El partido de ida no resolvió nada, pero sí nos dejó unos referentes. Curiosamente, el Atlético, que ha cambiado más jugadores (aunque menos de los que se llegó a temer) ha cambiado en menos que el Madrid. Con tantos fichajes (ocho por 95 millones, Simeone ‘dixit’), el Atlético volvió como se fue. El Madrid (con dos por 95 millones, Simeone ‘dixit’ también), se ha metido sin embargo en dudas de diseño.

La pieza delicada es Di María. Y Simeone, otra vez él, bien lo sabe, por eso metió el dedo en la herida. Su encaje en el medio campo le resolvió a Ancelotti los problemas, aquellos del principio, cuando el equipo se le adelgazaba demasiado por la media. Jugó muy bien en su nueva posición, haciendo de medio trabajador y de rompedor de líneas, con su energía, su regate y sus pases tan precisos. En la final de Lisboa estuvo enorme. Pero no se siente del grupo y parece que Ancelotti se va resignando. En su declaración de ayer me pareció que ya ha tirado la toalla. Sin él, Ancelotti tiene que reinventar el equipo.

También falta saber si jugará Cristiano, ausente en la segunda parte en el Bernabéu. Cristiano, James, Di María... Muchas dudas, y además la portería. A cambio, Ancelotti tiene unos jugadores descomunales en todas las líneas. Simeone tiene su bloque corajudo, esforzado y atento, bien se vio en el Bernabéu. Y quién sabe si hoy sacará las uñas con Griezmann, muy buena adquisición para el ataque. El Calderón se llenará. Hay ganas de revancha, hay una historia, dos personajes en los banquillos y un título en juego. El Madrid quiere seis. Para el Atlético sería muy dulce impedírselo.