Felipe Reyes es necesario
Felipe Reyes ha vuelto a la Selección. Faltó el año pasado. Y bien que lo sintió. Dijo que necesitaba descansar, porque llevaba doce veranos seguidos acudiendo a la llamada de la Selección, pero al final se arrepintió de no haber ido. El verano se le hizo demasiado largo. Cuando sus compañeros se concentraron para jugar el Eurobasket de Eslovenia, él ya estaba cansado de descansar, que 42 días dan hasta para aburrirse. Echó en falta el ambiente de la Selección, ver a sus compañeros y ¡qué caramba! jugar. La Selección, por cierto, también le echó de menos; más todavía por las renuncias de hombres altos como Pau Gasol e Ibaka. Reyes es ese tipo de jugador que sin ser titular acaba siendo imprescindible.
Lo estamos viendo año tras año. Messina quiso prescindir de él porque consideraba que había alcanzado su techo, y cinco años después, Reyes se mantiene bien arriba. No sólo en el Madrid —¡cuántos partidos le ha salvado esta temporada!—, sino en la Selección que aspira a ser campeona del Mundo. En la Selección ha competido con multitud de jugadores (¡no digamos ya en el Madrid!): Garbajosa, Vázquez, Iturbe, De Miguel, Bueno, Kornegay, su propio hermano... Ahora, con tres NBA nada menos: Marc Gasol, Ibaka y Claver. Él sigue ahí. Con sus 191 internacionalidades, arrepentido de haber faltado el verano pasado y dispuesto a echar una mano este año para lo que haga falta. Hasta de cinco. Y será más que una mano. Él es necesario.