“Soy española, ¿a qué quieres...”
Subcampeona olímpica en 2012, campeona del Mundo en 2013 y, desde ayer, también campeona de Europa. Es la Selección femenina de waterpolo, que se ha situado a la altura de las mejores de la historia. Las mujeres siguen tirando del carro en el deporte español. Lo hacen desde los Juegos de Londres, y no lo han soltado. Viven el deporte con auténtica pasión sin necesidad de ser profesionales. No porque no quisieran, sino porque sus deportes no dan para más de tan minoritarios como son. En el caso del waterpolo resulta hasta casi milagroso que se consigan estos resultados, porque licencias femeninas sólo tenemos seiscientas. Pero nuestras deportistas son auténticos perros de presa. Cogen la pieza y no la sueltan.
Ha pasado en el baloncesto, en el balonmano, en el hockey, en la sincro... ahora es el waterpolo. Son pocas, pero se bastan y se sobran. Tienen coraje, entrega y ningún sentido de inferioridad. Al contrario. Como ven que las unas son buenísimas, las otras quieren ser mejores. De esta manera, el compromiso que adquieren no tiene límites. Holanda, por cierto, es el no va más en el waterpolo femenino. Se trata de una potencia mayor que en el fútbol: campeona olímpica, mundial y cuádruple campeona europea. Pues si en el fútbol nos metieron cinco, Jennifer y compañía metieron el doble a tan temible rival. A partir de ahora conviene empezar a especificar: “Soy española, ¿a qué quieres que te gane?”