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Y por fin apareció Rogers...

Estoy contento y es que ayer fue el primer día que vi al ­Tinkoff- Saxo, equipo de Alberto Contador, con poderío, cosa que no había sucedido en este Tour. Me gustaron mucho Rogers y Majka. Quiero hablar del primero. Si días atrás relataba la importancia de este ciclista para que el de Pinto pudiese acercarse al Tour, ayer por fin apareció el australiano y lo hizo a lo grande. Me recordó a la mejor versión de Rogers, esa en la que subía los puertos como si nada, llevando en volandas a Bradley Wiggins hacia su primer y único Tour. El aussie, como gran escalador que es, llevó a Contador a su rueda y le permitió causar algo de daño a sus rivales. Puede que el ciclista de Pinto haya encontrado a su hombre dentro del equipo y le hará mucha falta en las etapas de montaña.

Del equipo, he de decir que ayer estuvo de diez, pero quizá fue demasiado esfuerzo para tan poca recompensa. Aunque si quieres ganar tienes que arriesgar y así lo entendió el Tinkoff. De no haberlo hecho, gente como Valverde no hubiese cedido tiempo, pero ante ese movimiento de los hombres que protegen a Contador, Van den Broeck no fue capaz de seguir el ritmo y se quedó descolgado. También sirvió para que el madrileño pudiese ver cómo responde Nibali a estos ataques. Ayer fue un día de no mucha exigencia en la montaña, pero cuando uno va deprisa no hacen falta kilómetros sino imprimir velocidad a la carrera. Con este ritmo, el equipo del magnate ruso pasó factura al pelotón y Contador empieza a asustar a sus rivales.