Alfredo Di Stéfano, en estado crítico
Con el cambio de siglo, la FIFA organizó unas votaciones: mejor jugador del siglo XX, mejor club del siglo XX. Para lo de mejor jugador tuvimos una especie de lucha de ‘vedettes’ entre Pelé y Maradona y al final se optó por repartir el premio. Para el de mejor club del siglo no hubo dudas, lo ganó el Real Madrid. Florentino Pérez, recién llegado a la presidencia, tuvo el acierto de decidir que fuera Di Stéfano quien recogiera el premio. Nada más justo. Podremos discutir quién fue el mejor, pero no quién fue el mejor del mejor equipo, y esos fueron Di Stéfano y el Real Madrid. El fútbol es deporte de equipo.
Di Stéfano acaba de cumplir 88 años y su cuerpo se agota. Mientras el Mundial desgrana sus emociones en Brasil, el viejo guerrero entraba en coma en un hospital madrileño. Por fortuna, es inmortal. No sabemos cuánto tiempo más estará entre nosotros, pero donde vaya no se llevará nada, porque todo lo deja aquí. Sobre todo en el Real Madrid, cuya historia cambió. Y en el fútbol, que transformó con su actividad por todo el campo, revolución en los tiempos de la WM y las tareas estrictas para cada cual. Y en sus amigos, cuyo ejemplo de vida, todo esfuerzo y honradez, fue tan enriquecedor.
Mientras, el Mundial nos cubre de emociones. Argentina eliminó a Bélgica, con gol de Higuaín y con lesión muscular de Di María, otro que desaparece por el fondo de la escena. Pero el partido fue el de la noche, en el que los ‘ticos’ llevaron a Holanda a los penaltis, a pesar de un Robben descomunal. Entre Keylor y los palos, en los que estrelló Sneijder dos remates, Holanda tuvo que esperar para el premio. Justo antes de los penaltis, Van Gaal hizo una de brujo: cambió a Cillesen por el parapenaltis Krul. Acertó. Paró dos. Aplauso para Van Gaal y loor al vencido. Gran Mundial de Costa Rica.