En Chile lloró hasta Medel

Chile llora de pie. Pero llora. Porque no hay mayor crueldad que una derrota desde el punto de penalti. Chile se quedó a un centímetro de cruzar su propia historia, a dos postes de darle un revolcón al fútbol mundial, de acabar con Brasil. Pero se vuelve a casa y por eso llora. Llora Medel, desconsoladamente, el fiero Medel, el tipo que mete miedo de solo mirarle, el defensa que aguantó heroicamente con un desgarro en el muslo hasta que ya no pudo resistir más el dolor. Si hasta llora Medel…

Y le consuela Jara, justo el encargado de fallar el último penalti, el que quedará en la foto de la fatalidad. Y llora Pinilla, aunque por dentro, que también falló un penalti, pero que sobre todo tuvo el gol del triunfo en el último minuto de la prórroga, el jugador al que nunca se le irá de la cabeza ese tiro agónico que escupió el larguero. La imagen del casi, la frontera que separó la gesta del drama. Llora Chile. El equipo y el país entero. Llora con ganas de llorar. De pena y de orgullo. Llora de pie.