Una oportunidad inesperada para Marc Gené
El destino es a menudo caprichoso. Esperamos algo y los acontecimientos derivan en otra cosa bien diferente. En ocasiones a mejor, en otras para peor… Y esta evidencia que todos podemos constatar con frecuencia cobra un sentido especial en el mundo del deporte, de la competición, en el que tan pocas certezas existen y sí muchas incertidumbres e incógnitas por despejar. Una reflexión que bien puede estar haciéndose Marc Gené durante estos dos últimos días, desde el instante que supo que recuperaba el volante oficial de Audi para las 24 Horas de Le Mans que se disputan este fin de semana. La marca alemana decidió, al acabar el pasado año, no seguir contando con el catalán como titular pero sí como piloto reserva, así que él se buscó otro coche para correr, aunque fuera de la segunda categoría de esta legendaria prueba de resistencia.
En ésas estaba cuando se produjo el inesperado accidente de Duval, que no podrá correr con el equipo vencedor de 2013 pero debe dar gracias al cielo por seguir vivo después de una colisión tan terrible. Una baja que devuelve al español al volante de uno de los coches más cotizados de la especialidad, el dominador de los últimos años y, de momento, gran favorito. Así, de rebote y de forma inesperada, le llega a Gené una nueva oportunidad para reeditar el éxito que ya conquistó en 2009, entonces con un Peugeot. Y seguro que la aprovechará, está listo para el desafío, sabe que circunstancias así no se dan con frecuencia y de su rendimiento puede depender que vuelva a ser titular el año próximo. Sería bonito ver de nuevo a un español en lo más alto del podio de Le Mans… sobre todo cuando ya nos habíamos resignado a que no sería así.