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Se esfumó la esperanza de Newey

Sabía que era muy difícil, prácticamente imposible, que Adrian Newey terminara su trayectoria profesional en Maranello. Pero mantenía una secreta esperanza de que el milagro se produjera, una especie de clavo ardiendo al que agarrarme ante la manifiesta incapacidad de Ferrari de enderezar el rumbo de la nave a la deriva en que se ha convertido su proyecto. La llegada de Mattiacci, como era previsible, no ha supuesto revulsivo alguno en una estructura incapaz de encontrar soluciones, así que pensaba que quizá un genio como Newey sí sería capaz, a partir del año próximo y dando éste ya por perdido, de poner orden en semejante despropósito. Pero no, la lógica se ha impuesto y ahora ya sabemos que no saldrá de Red Bull en mucho tiempo...

Se esfuma la esperanza de Newey y ya no sé muy bien en qué confiar, sinceramente... El rendimiento del F14 T en Canadá, el escenario en el que Montezemolo prometió el inicio de la recuperación de su escudería, ha sido desastroso y le ha costado a Alonso su tercera posición en el Mundial de pilotos, que era la pequeña alegría de la que estábamos disfrutando, al menos su talento personal le permitía ser el primero del resto a la estela de los Mercedes. Ahora ya ni eso. Y el asturiano lanzó un mensaje demoledor tras su esfuerzo baldío en Montreal: “Sólo me queda ser mejor que mi compañero y luego irme a casa”. Quizá donde debería irse es a otro equipo, porque mantener la confianza en el actual comienza a ser una actitud insostenible.