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Dos señores bigotes con mayúsculas

Pese el escaso tiempo para preparar el Mundial, Del Bosque no ha levantado la voz. Lo sabía desde hace un año. Tampoco pone nunca reparos a rivales ni fechas de los amistosos. Es consciente de las limitaciones que existen para cuadrar calendario y contrincantes. Enfrente esta noche estará Bolivia. No es una gran potencia pero dará guerra. La sola presencia de Azkargorta en el banquillo es una garantía. No vale el precedente del Mundial de Estados Unidos, cuando nos puso contra las cuerdas. Desde entonces hemos crecido mucho. Pero por encima del ensayo en sí, hoy tendremos un ejemplo de honestidad y capacidad en ambos banquillos. Señores en toda la extensión de la palabra, técnicos que han hecho mucho por nuestro fútbol.

Del Bosque pasó muchos años agazapado en los despachos de la vieja Ciudad Deportiva del Real Madrid. Y ahí habría seguido si el club no le hubiera pedido que se pusiera en primera línea. Lo hizo y ganó dos Champions. Azkargorta triunfó en Primera con equipos como el Espanyol y puede que no estuviera más tiempo en cartel porque lo suyo nunca fue medrar. Eso que se perdió nuestro fútbol, igual que la medicina. Porque el Dr. Azcargorta, sin hacer ruido, es la persona que llevó por primera vez a un Mundial a Bolivia. Allí son conscientes de su buen trabajo, el mismo que ha demostrado Vicente Del Bosque desde el primer día que fue nombrado seleccionador. Dos bigotes ilustres, dos señores entrenadores con mayúsculas.