Puyol y Sergio Ramos, vidas paralelas

En cierto modo, el Mundial empieza hoy para España, con ese partido en Sevilla ante la Bolivia de nuestro querido ‘bigotón’ Azkargorta. La llegada del grupo a Sevilla fue un clamor. Me dicen que era lo que se buscaba, una inyección de fe y alegría, y eso lo da Sevilla mejor que nadie. La jornada se aprovechará además para homenajear a Sergio Ramos, ídolo del madridismo y de La Roja. El Sevilla le premiará como el canterano más laureado de la historia y el alcalde le entregará la medalla de la ciudad. Habría mil motivos más para premiarle. Pero el premio es el que él nos da cada día, permitiéndonos disfrutar su juego y su genio.

Gran tipo, no sólo ya por el juego, sino por lo sano que es. No tiene ningún problema en equivocarse ni se resiente de las burlas que eso provoca, sea por su inglés, por un ‘tuiter’ pasado de fecha o por un penalti a las nubes. Y hay que ser todo un tío para, después de eso, tirar uno a lo Panenka con la Eurocopa en juego. Eso es muestra de paz interior. Su gol del otro día le eleva ante el madridismo al santoral de los Pirri, Santillana y Camacho. Camas, su ciudad natal, ha dado dos grandes toreros, Paco Camino y Curro Romero. Ahora puede presumir de haber dado al futbolista más torero.

Su exaltación se me mezcla con la nostalgia por Carles Puyol, que ya no estará. Protagonista esencial de esta larga hazaña de La Roja, el tiempo le ha alcanzado y le deja sin este Mundial. El grupo le echará en falta. Yo también. Como Sergio Ramos, empezó de lateral y saltó a central. De su carrera nos quedan mil ejemplos y otro cabezazo inolvidable, aquel a los alemanes (que aquí nos hizo titular ‘Visca España’). Ayer se estrenó en Barcelona un documental sobre él, que podremos ver en Canal+. Yo siento que en este Mundial nos falta algo. Pero quedan las películas y las fotos. Queda el ejemplo eterno que dio.