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Madrid abrazó al eterno Real Madrid

La Décima, el número perfecto, sacó a la gente a la calle en masa, A la gente de Madrid, ese viejo poblachón manchego que Azaña soñaba transformar en ciudad cosmopolita. Madrid es capital de España, pero ha perdido terreno con Barcelona en unas cuantas cosas, desde conocimiento universal hasta tráfico en el aeropuerto. ¡Hasta en fútbol llegó a dominar! De ahí tanto intento por conseguir unos JJOO. Sin ellos, Madrid tenía necesidad de algo, y ese algo se lo ha dado el Real Madrid, ese club que lleva su nombre, que es bandera de esta ciudad y de nuevo bandera también del fútbol mundial.

El Madrid ansiaba esta copa, ha apostado mucho en ella, pero la ciudad también lo agradece y bien que se notó. Aquellas cinco primeras Copas de Europa ‘del Real’, como se le conoció en el extranjero, elevaron el orgullo de una ciudad y un país entonces abatidos. Proyectaron el nombre de Madrid al mundo de una forma no vista desde que, tanto tiempo atrás, había dejado de ser cabecera de un imperio enmohecido. El Real Madrid estuvo entre los impulsores de la Copa de Europa, ganó las cinco primeras, dejando una imagen artística y luchadora al tiempo y además fue un ejemplo de buena conducta.

La Décima no son diez, sólo es una, pero la perfección del número hace que multiplique la satisfacción, el orgullo y el eco en todo el planeta. De ahí el clamor de ayer, el cortejo inmenso. Pena que a los atléticos estas imágenes les hayan evocado la sordina institucional a su Liga. Ese día Botella y González estaban viendo la final europea de baloncesto. Real Madrid sólo hay uno, pero el Atlético ha tenido el inmenso mérito de sobrevivir un siglo en la misma ciudad que el mejor equipo del mundo. Y este año le ha mirado a la cara, además de sacar al Barça de la Liga y de la Champions. Merecía algo más.