Este es un derbi para tres generaciones...

Este no es el partido del siglo, eso lo fue el Inglaterra-Hungría de Wembley, en 1953. Pero este es el derbi de dos siglos, el XX y me atrevo a decir que el XXI, porque no creo verosímil que haya revancha. Este es un derbi para tres o más generaciones. El que gane hoy tendrá un tesoro que guardar para todas las disputas hasta el fin de sus días: “Sí, pero en Lisboa os ganamos”, se podrá contestar en el futuro a cualquier argumento. Es un partido enorme, inesperado, que suplanta el Madrid- Barça que estábamos esperando como final de una de estas Champions. Pues no, no es el Barça. Es el Atleti.

Y es el Madrid, que siempre está. No es fácil quitarse de delante al Madrid. Por eso tiene tantos partidarios, y por eso también hay tanto antimadridismo. Prácticamente siempre que otro equipo español está en condiciones de ganar el título de sus sueños, se topa con el Madrid, que a lo largo de su historia se ha tomado muy pocos descansos. El Spórting chocó con el Madrid, como luego la Real, que tuvo que insistir para derribarle. El Depor se doctoró en el Centenariazo. El Barça tuvo que pelear sus mejores años con la resistencia obstinada del Madrid, y aunque la venció, terminó agotándose...

Ahora es el Atlético, este admirado Atlético, efectivamente querido en toda España, como bien dice Cerezo, el que se encuentra con que no le basta con haber ganado la Liga por delante de los mismísimos Madrid y Barça de Cristiano y Messi. Ahora lo tiene que revalidar en esta final, un as de oros que el que lance podrá hacerlo diciendo aquello de “arrastro” y llevarse todo lo que hay en la mesa. La Liga es grande, pero hay una cada año para algún equipo español. La Champions es otra cosa. Para el Madrid sería la Décima, nada menos. Menudo estruendo. Para el Atlético, la Primera, pero valdría por diez.