Baloncesto, 100 días; fútbol, 22

Cien días para que comience el Mundial de baloncesto y veintidós para que España debute contra Holanda en el de fútbol. Sólo veintidós, ¡y los internacionales del Madrid y del Atlético aún tienen que jugar el sábado la final de la Champions! Media Selección de baloncesto se encuentra ya de vacaciones, mientras que la de fútbol va a empalmar prácticamente las competiciones de clubes con su Mundial. No se trata de hacer comparaciones entre uno y otro deporte, pero sí de desmitificar el esfuerzo que supone jugar al baloncesto. Lo es, por supuesto, pero más aparente que real. De otra manera no se podrían jugar partidos casi todos los días. Los rotaciones ilimitadas ayudan además a dosificar el desgaste físico de los jugadores.

Ocurre que como el baloncesto concentra sus competiciones, los partidos se suceden. En el caso de las selecciones, incluso a diario; en el de los clubes, en días alternos, caso de los playoff. Si lo hacen es precisamente porque se puede. Pero llegan los corifeos del baloncesto, empiezan a soltar tópicos, a justificar rotaciones, y nos acabamos creyendo que el baloncesto exige esfuerzos titánicos, cuando lo duro es entrenarse, no jugar. Jugar, nadie suele hacerlo más de media hora, mientras que en los entrenamientos todos trabajan a intensidad máxima durante al menos una hora. Los jugadores están sobradamente preparados para jugar partidos completos. Si rotan será por otras cuestiones, pero no físicas. Al menos, que no nos vendan esa burra.