El hábitat natural de Casillas
Para los madridistas que no lleguen a Lisboa sobrados de moral después de un final de Liga lamentable y con jugadores clave entre algodones, ahí va un dato para levantar el ánimo de la tropa: con Casillas de titular el Atlético nunca ha podido derrotar al Madrid y el capitán ha ganado seis de ocho finales a un partido desde que es portero de la primera plantilla merengue. Con el aire de cierto pesimismo en el que llega la plantilla envuelto a la gran final del 24-M, la presencia del portero más decisivo del mundo el sábado hace que más de uno respire tranquilo. Ni la decisión extravagante de Ancelotti de dejarle en el banquillo en Liga, ni las faltas de respeto que ha soportado estoicamente de un sector muy minoritario de la afición que ha puesto de manera sorprendente en entredicho su madridismo, han minado la moral del mejor portero de la historia del club.
Su rendimiento en Champions ha sido brillante y se ha adaptado a su nuevo rol con la naturalidad de los elegidos. Buenos porteros hay muchos, pero cancerberos que sean capaces de desnivelar la balanza de una gran final hay menos y el Madrid tiene la fortuna de contar con el mejor. Ya no es el imberbe que puso un muro en Glasgow para ganar la Novena y seguramente las circunstancias le han llevado a perder parte de la frescura y la naturalidad que le llevó a conquistar el corazón de un país, pero mantiene intacto el nivel competitivo y el don de sacar manos imposibles con las que otros sólo pueden soñar. Con Iker bajo palos, el Madrid no pierde finales.