Apreciado Sandro Rosell...
No sé desde dónde leerá usted estas líneas teniendo en cuenta su movilidad. No obstante, sepa que en Barcelona únicamente le echan de menos sus allegados más íntimos. Desde el lado de los ‘saludados’ tememos por su integridad, pues hace tiempo ya que no tenemos noticias suyas. Sirvan estas letras para ponerle al día de lo acontecido en la sociedad que hasta hace poco presidía, de la que salió huyendo y que a día de hoy, duele decirlo, pasa por momentos fúnebres. Empezaremos por lo más reciente. El Atlético de Madrid le ganó la Liga al Barça en su estadio sin que el club blaugrana jugara un pimiento. Tras el partido, Tata Martino presentó su dimisión sin aceptar preguntas. En eso, siguió su estela. Ha marcado un estilo.
No todo lo de ayer fue un desastre, señor Rosell. Tenga en cuenta que el estadio se llenó, lo que avala la idea de que es necesaria una ampliación del mismo patrocinada por Qatar o similares. Sepa también, para su tranquilidad, que el aficionado salió cabreado con Messi tras filtrarse su renovación y que el argentino no tocara bola. El plan funciona.