Para esto fichó por el Madrid
Las estrellas se han alineado para que Cristiano Ronaldo pueda asumir, además en Lisboa, la capital de su país, el maravilloso reto para el que fichó por el Real Madrid: ser el mejor jugador del mundo en el equipo campeón de Europa. La ecuación siempre ha estado incompleta. Han sido cuatro temporadas difíciles, con un rendimiento espectacular a nivel individual, pero con menos títulos a nivel colectivo de los que había imaginado cuando fichó. En este tiempo ha conseguido revertir la incomprensión, una injusta imagen y conseguir que, al menos, se le venere. El proyecto deportivo ya gira alrededor de él, aunque parezcan disimularlo con el tema médico.
El madridismo se aferra a su nuevo referente, el mismo que pintará de oro su bota como máximo goleador europeo en solitario, si el Espanyol no lo remedia, y que anhela, como nadie, las portadas del día 25 de mayo, con la Décima orejona entre las manos. Claro que la línea entre el máximo deseo y la obsesión es muy delgada. De Cristiano y del Atlético, claro está, dependerá que el Madrid la cruce con éxito.