Un Benfica desconocido

El Benfica no esperaba sufrir tanto en esta final y mucho menos llegar a la prórroga y a la tanda de penaltis. No se vio al mejor equipo encarnado de esta temporada, más compacto y más eficaz en el pase, más decisivo en los remates, más efectivo en su juego. No fue el Benfica que imaginaban sus seguidores y probablemente tampoco el que esperaba su rival. Pero las finales son así. No siempre aparece al equipo al que estamos habituados a ver durante la competición.

La derrota será difícil de asimilar para los benfiquistas. Esta temporada contaban con ganar cuatro títulos (dos ya los tiene) para resarcirse del trágico fin de la temporada pasada, cuando se quedaron sin ningún título de los tres posibles. Y al no conseguir esta Copa sigue sin romperse la maldición Guttmann: el título europeo se resiste. Cosas del destino. Fue un portugués, Beto, el que co­n sus paradas en los penaltis sentenció la caída del equipo de sus compatriotas.