Un piloto sólo es feliz compitiendo
Comentaba yo hace no mucho que tenía la impresión de que Jaime Alguersuari, en ocasiones, parecía como enfadado en las transmisiones de la Fórmula 1 en Movistar TV. No era una crítica, tan sólo la constatación de una realidad: un piloto esfeliz únicamente cuando compite. Resulta una obviedad, pero en el caso del catalán las circunstancias le han tenido dos largos años apartado de las carreras, una penitencia injusta para alguien de su edad y potencial. Estaba como una fiera enjaulada ansioso por volver a la acción.
Una actividad competitiva que recupera ahora con la Fórmula E, seguro que no es el proyecto que más le apasiona pero que puede tener un recorrido más largo del que imaginamos. No cae en cualquier sitio, sino en un equipo que se llama Virgin y que tiene al frente a un magnate como Richard Branson. Si las cosas le van bien con los coches eléctricos y con el apoyo de alguien tan poderoso, sin duda que puede tratarse de una vía de retorno a los grandes premios, el lugar del que nunca debió salir. Tiempo al tiempo...