Hubo un tiempo en que Nadal y Alonso compartían victorias el mismo día. Sucedió hasta cinco veces entre 2005 y 2007. Nadal era un ciclón y Alonso vivía años felices en Renault. En 2007 se fue a McLaren, y aunque allí no tuvo las cosas fáciles, al menos ganaba carreras. Por lo que se está viendo, más que en Ferrari. El año pasado las victorias de ambos volvieron a coincidir. En Ferrari se obró el milagro, y Alonso venció en Montmeló. Fue su última victoria. Ese mismo día, 12 de mayo de 2013, Nadal derrotaba a Wawrinka en la final de Madrid. Un año después, Nadal vuelve a estar en la final, y Alonso en la parrilla de salida de Montmeló, aunque esta vez séptimo en lugar de quinto. Lo tiene un poquito más difícil, pero ya se sabe, cuanto peor está...

Desde aquel 12 de mayo de 2013, Nadal ha seguido ganando torneos. Entre ellos, Roland Garros y el US Open nada menos. Sin embargo este año se le resisten los de más alto nivel. Sólo ha vencido en Doha y Río, que son de menor categoría. Ahora en Madrid se le presenta una ocasión propicia donde las haya para añadir otro Masters 1.000 a su palmarés. Todo han sido facilidades tras las renuncias de Djokovic y Federer; luego vino la eliminación de Wawrinka. Ahora sólo queda Nishikori, un rival que hubiera firmado el primer día. Alonso, en cambio, no ha encontrado facilidades por ningún lado. Hasta Raikkonen sale por delante. El milagro de conseguir el séptimo doblete con Nadal depende de él. El año pasado fue posible. ¿En éste...?