Espero al Elche de las grandes citas
El Elche llega al tramo más caliente de la temporada donde quería: fuera del descenso y dependiendo de sí mismo para salvarse del descenso. El único pero son los rivales que le quedan en estas dos últimas jornadas: Barça y Sevilla. La diferencia de calidad es evidente, pero el duelo, dentro de ese abismo de jugadores y presupuesto, llega lo más igualado que se puede esperar. Los ilicitanos atraviesan por el mejor momento del curso, sobre todo en casa.
Escribá quiere que su equipo defienda las murallas del fortín del Martínez Valero con todas sus armas. No pierde en casa en lo que va de año y sólo ha recibido dos goles como local en 2014 (Sevilla y Levante). La afición, que ha sido la estrella del equipo en su regreso a Primera, afronta la cita como una final para tratar de evitar que otro duelo de este calibre tarde 25 años más en producirse. Los aficionados más veteranos de uno y otro equipo saben que Elche es una ciudad que no le trae buenos recuerdos al Barcelona. En los 60, los ilicitanos eran una bestia negra para ellos. Eso era en Altabix y hoy la historia se escribe en el Martínez Valero. Aquel Elche heroico puede revivir esta tarde. Y para que eso pase no hacen falta maletines: su continuidad en Primera está en juego.