Djokovic, Federer, Wawrinka...

Federer, como Djokovic, tampoco jugará en Madrid. Ambas ausencias no se daban en un gran torneo desde octubre de 2011, cuando los dos renunciaron al Masters 1.000 de Shanghai, penúltimo de la temporada, alegando molestias físicas. Por aquel entonces Shanghai llevaba dos años disputándose. Ocupaba el lugar de Madrid, que se había trasladado a la primavera para poder jugar en tierra al aire libre en lugar de Hamburgo, aunque lo que presumía la Caja Mágica era de que los partidos podían jugarse bajo techo, algo que la ATP no contempla en esta época del año. Pues en aquel torneo de Shanghai 2011, Nadal no sacó provecho de tan significadas ausencias. Cayo en segunda ronda ante el alemán Florien Mayer.

Aquella final la jugaron Murray y Ferrer, con victoria del escocés. Es precisamente en los últimos torneos del año cuando los jugadores que se sitúan inmediatamente detrás de los mejores consiguen grandes resultados al encontrar su parte del cuadro más despejada. Lo que no es frecuente a estas alturas de la temporada es el hecho que se está dando en Madrid. Faltan los números 2 y 4 del mundo, que presentan este año un estado de forma excepcional. Djokovic ganó en Indian Wells y Miami, y Federer fue finalista en Indian Wells y Montecarlo. Uno, que si tiene la muñeca mal; otro, que si ha sido padre. Para remate, Wawrinka, el tenista más en forma de 2014, eliminado. Siempre nos quedará Nadal. O al menos eso se espera. Pero algo está pasando.